Recuerdo que estaba viendo la televisión, aunque no recuerdo qué; y ví la publicidad. No entendía muy bien cuál era la particularidad de ello, pero tenía que tener esa colección. Le pedí a mi mamá, le insistí hasta cansarla para que me la comprara. Y lo hizo.

Todas las semanas un fascículo, "Mil puntos de bordado" ...y fue amor a primera vista. Compré todos los materiales necesarios e inicié. Al principio me costó, no era buena, o no lo era para mis propios parámetros, pero no me desanimé y volví a intentarlo todas las veces que hizo falta, hasta que lo hice cada vez mejor y mejor.

Hoy, casi treintatrés años después, no me imagino cómo sería sin esa pasión por las telas, los hilos y una aguja, es mi manera de pintar. Con el bordado me relajo y, muchas veces, es mi escape del mundo.



(Escribe sobre alguno de tus comienzos, el que tú quieras.)

4 comentarios:

  1. Pintas mandalas y bordas, están muy bonitos la verdad. Yo recuerdo que mi madre tenía libros de bordado. Te felicito.

    Besos dulces Alma.

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    1. Gracias Dulce... espero que esos tesoros que serán los libros de bordado de tu madre, los guardes muy bien; yo lo haría.

      Besos grandes como el mar.

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  2. A mí sabes que las labores pues poco o nada pero sí admiro a quién tiene la capacidad de disfrutar con ellas con semejante paciencia. Mi madre ya no borda mucho, y ahora es más bien a máquina, pero cuando lo hacía a mano... ufff

    Besos.

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    1. Pues sí, lo sé Mag... y es que tú tienes el don de la paciencia para otras cuestiones en las que yo carezco totalmente... jejejeje!

      Besisssssssssssss hermosa.

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Tus huellas también las siento...