¿Desde cuándo te conoce?
Quizás desde siempre.
Con su calma marea
y esas olas que te mojan casi sin querer,
pero queriendo.
Con intención y alevosía.
Y te saca una risa espontánea,
fresca, auténtica.
Y te moja... uyyy si te moja.
Tu alma salitre se despierta
y lo clama.
Porque te vuelve sedienta,
tan sedienta.
Sed de más,
deseo de más,
de más... siempre más.

Él vuelve.
Arremete.
Y provoca la tormenta
a la cual te rebelas.
Te enciende.
Te revuelve.
Y te calma.
Entonces te rindes.
Lo reconoces.
Lo nombras y callas.
Él.
Alma suya.
Capitán mío.


No soy perfecta.
Nunca pretendí ni aparenté serlo y ni siquiera me acerco a ello.
Sé que me he equivocado y te prometo que seguiré haciéndolo.
Pero hoy, después de tanto tiempo y situaciones vividas,
también quiero prometerte otras cosas...

Te prometo que jamás tendré la intención de herirte,
aún si lo hiciera... y vos y yo sabemos que lo haré,
te prometo que mi intención no será hacerte daño.
Te prometo que intentaré hacerte reír
y si toca llorar, porque va a tocar,
estar ahí a tu lado... y si quieres, lloraré contigo
(aún si sabes que me pongo horrible cuando lloro).
Te prometo no impedir tu vuelo,
si de algo me enamoré fue de tus alas,
por más que me muera de miedo,
por más que me parezca una locura;
porque deseo me elijas desde la libertad
como lo hago yo cada mañana.
Te prometo que no seré la misma
porque ya no soy esa adolescente que conociste
y mañana no seré la mujer que soy hoy
pero deseo que sigas encontrando esa complicidad
en mis ojos, en mi boca, en mi piel, en mi alma.
Te prometo que la vamos a pensar distinto
sobre muchas y variadas cosas
pero que voy a respetar tus opiniones y creencias,
y prometo intentar comprenderlas.
Te prometo probar en cada instante a ser mi mejor versión
y ofrecértela desde el corazón y el alma;
porque he aprendido a hacer carne esa frase popular que dice:
"No te quiero porque te necesito;
sino te necesito porque te quiero."


(Cuando escribía pensaba a este libro... fuente de inspiración.)

...te voy a recordar siempre así, mi Rey blanco.
(24/12/2004 -Gatton- 20/05/2021)
"¿Dur@? No. Soy frágil, me crea.
Y es la certeza de mi fragilidad que me lleva a rehuir los lazos.
Si me entrego, si me dejo capturar, estoy perdid@."
(José Saramago)


...me cuesta dejarme abrazar.
Tal vez tenga miedo de romperme en tantos pedacitos, incontables
y ya no saber -ni poder- rearmarme.
Por eso quizás dejo que sea él quien lo haga,
que envuelva el ruido que (me) hace (el) Alma.
O tal vez sea sólo miedo,
o hartazgo
o rabia
o tristeza
o todo junto.
Porque las teorías son todas buenas
es la práctica la que grita "agua... hundida!".
Porque de consejos estoy llena
¿querés alguno?
tengo de lo que quieras...
Estoy...


¿estoy?


"Somos elecciones. Estamos hechos de elecciones.
Podemos decidir de fingir cada día, tragar lo amargo y levantar una sonrisa.
Podemos decidir de retener palabras que podrían herir.
Somos libres de elegir también actitudes, pagando el precio luego de las heridas que causamos.
Estamos empapados de elecciones desde la mañana, ya de cómo apoyas sobre el suelo los pies después de la noche. Desde cómo decides vestirte y “presentarte al mundo”.
Pero una vez hecha la elección, ten siempre la fuerza, el coraje de llevarla adelante. Aún si dejarás fragmentos de corazón detrás de ti. El tuyo."
(Antonella Coletta)



El pasado es eso, pasado.
No se puede cambiar ni tampoco hace bien mirar tanto para atrás porque eso hace que pierdas lo de hoy, que, en definitiva, es lo que cuenta.
Todo lo vivido, bueno y no tanto, nos llevó al momento actual... y cuando esto no gusta, sólo se puede hacer una cosa: elegir. Tomar una decisión, la más importante: ser feliz. Esto no significa que no habrán problemas, ni que se deba estar sonriendo todo el tiempo. Decidir ser feliz significa elegir los caminos que nos hacen estar bien, con nuestra consciencia, con nuestro corazón, con nuestra alma... aún si esto signifique que al inicio te traten de “loco”, de “egoísta”; uno sabe lo que quiere... sólo hay que tener el coraje de decidir, esa es la clave.
Cuando decidís ser feliz, cuando elegís qué, cómo y con quién, y te hacés cargo, responsable de tus elecciones, encuentras la serenidad del alma... más allá de los resultados.

Yo estoy serena.
En su momento, elegí.
Estoy donde deseo estar y con quien deseo estar.
Esto no significa que no haya días malos, donde mandaría todo al diablo, sólo que en esos instantes me detengo, respiro hondo, cierro los ojos y miro dentro... recuerdo mis “porqué”; sonrío y sigo adelante en el camino que yo elegí.
“Las ciudades pertenecen a quienes las han habitado.
Igual ocurre con las personas.
Hay quienes nos han paseado sin prestar atención a las vistas, y de tan pocas ganas de caminar que tenían, cogieron el primer bus que pasaba por allí para acabar yéndose por donde fuera que hubieran venido.
Otros han disfrutado de cada uno de sus pasos, sin prisa, sin pausa, sabiéndose privilegiados ciudadanos de un lugar llamado . Estos son los mejores habitantes; tus mejores habitantes. Los que, en algún momento de tu vida, ciudaron de ti.”


Gracias... sólo se me ocurre esta pequeña palabra, pero que para mí significa tanto.
Ustedes saben quiénes son y no hay necesidad de nombrarlos. Ustedes, los que no se limitaron a pas(e)ar y seguir; los que se detuvieron; los que llamaron a la puerta, una y mil veces, y por todos los medios que tenían a disposición; los que no pudiendo decir nada, "estaban" y eso ya era suficiente; los que no me dejaron sola; los que juntaron los pedacitos (una vez más) y los sostuvieron hasta que pude rearmarme... gracias, de la forma más sincera que se pueda decir; gracias de todo corazón por "cuidarme"... siempre.
Alma.

Te despiertas por la mañana con el sol alumbrando tu cara.
Sonríes, no puedes hacer a menos.
Miras el horizonte y te vuelves a animar a hacer planes...

...se levanta viento,
no es una brisa cálida,
sino algo que te congela la sangre y el alma.
Sabes que se acerca nuevamente una tormenta
y esta vez tienes miedo,
un fottutissimo miedo a no lograrlo,
que sólo quede hacer cuentas de un naufragio,
a no ser tan fuerte...
...a tantas cosas que no logras poner en palabras.

Ha empezado a llover
se sienten las primeras lágrimas caer.



“La vida está hecha de elecciones...”
(...eso dicen por ahí.)


Y yo siempre he elegido,
en el bien y en el mal,
acertando y equivocándome.
Pero he elegido.
Lo he hecho cuando he dado explicaciones
y, sobre todo,
cuándo he dejado de hacerlo...

...elijo cuando digo basta.

Había pasado la tormenta.
Me senté y observé el paisaje con esa extraña luz que se había producido. Todo tenía otro color, otra forma, hasta otra esencia diría.
O tal vez no. Tal vez todo siempre había sido así y yo simplemente no lo veía. No dejé de preguntarme ¿cómo pude no hacerlo? ¿Cómo había podido estar tan confundida?
No, no fue confusión, fue un placebo.
Creí en un espejismo; en que otra persona podría ser la solución.
Sonreí ante tanta ingenuidad; de mi parte, obvio.
Pensé en cada detalle; en ese decir sin decir realmente nada; en ese dejar caer para crear una ilusión de la cual no se hacía parte ni arte. Pero no me hice la estúpida, me hice responsable de mi vulnerabilidad, de haber bajado las defensas, de haber creído... una y otra vez.
Pero ya no, ya había pasado el temporal y había vuelto todo a su centro.
Ahora sabía.
Sabía cuál es el juego, conocía sus reglas y sus trucos.
Ahora lo conocía bien.
Ahora había llegado mi turno y mi tiempo de jugar.



"Te cansas de estar,
de poner el corazón allí donde corazón no hay.
Te cansas de estar para quien no está.
Te cansas de esperar nada,
porque, aún si nada te esperabas,
tal vez un abrazo te lo merecías.
Al final sucede así,
sin hacer ruido,
en puntas de pie,
te vas.
Porque cuando te cansas,
pero te cansas de verdad,
no amenazas más,
no avisas,
no ruegas,
no esperas,
no corres,
no persigues,
no miras,
no te interesa más,
y te detienes:
cerrado, apagado, oscuro, telón, punto."
(Barnabas Collins)


A un cierto punto, eliges.
Eliges el camino que recorrerás
y el modo en que lo harás.
Por las razones que sea
pero eliges.
No sirve engañarse ni escudarse con
"debo"... "no tengo más opción"...
Porque en esta vida, la única cosa que se debe,
es morir, para ello no hay opción,
para el resto, siempre.
Por lo tanto, eliges.
Para bien... para mal...
lo haces.
Y hoy eres lo que eliges.

A un cierto punto, elegí.
Hice los pasos hacia donde quería,
aún si creí dejarme llevar por el fluir de las mareas.
Y hoy me siento en esta playa que elegí,
donde (re)construí mis castillos de arena,
donde soy Reina y Dueña...

...y logro ver el horizonte
y sonrío.

"Extendía las alas cuando quería y andaba siempre con una sonrisa.
No le daba miedo dejar ir.
Sus manos ahora estaban siempre llenas,
ya conocía a la perfección que andar sin equipaje no era tan malo,
y que amar a diario era la mejor medicina.
Volvía los suspiros en viento y mis otoños en primavera.
Conocía el misterio del tiempo
y sus labios transformaban los segundos en eternidad.
No era el hombre perfecto,
pero eso lo hacía humano,
eso lo hacía sensible y mejor."
(M. Sierra Villanueva)


De perfecto, nada.
Al contrario, tanto él como yo podemos enumerar los defectos sin equivocar siquiera uno.
Y es justamente eso que hace de él, Él... único.
Él me abraza por la espalda no cuando llevo los jeans ajustados,
el cabello suelto y el perfume costoso que me ha regalado...
no, Él lo hace cuando cocino luego de un día de trabajo,
mientras tengo mi cabello recogido y mis manos tienen el aroma de las especias.
Él me sujeta con fuerza, sin dejarme ir, como si sostuviese todos mis fragmentos,
no cuando se lo pido, sino cuando más lo rechazo, cuando más lo alejo...
Porque de otra manera sería fácil, algo que cualquiera podría hacer.
Porque querer cuando las circunstancias son favorables,
las condiciones son bellas, es eso: querer... desear...
Lo otro, pues lo otro es lo que vale,
lo importante...
lo otro es amar.

"Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz y sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde y rubia, y morena...
Quiéreme día, quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... o no me quieras!"
(Dulce María Loynaz)


Soy esa adolescente que cambia de humor en un pestañeo.
Soy esa mujer que adora despertarse
con el sol iluminando su cara y el calor bajo las sábanas.
Soy también esa niña que se ríe a carcajadas
de la cosa más tonta que se te pueda ocurrir.
Soy la perseverante;
la contradictoria;
la ingenua...
y la mal pensada;
la de las respuestas rápidas,
hirientes, lapidarias...
sinceras siempre;
la estúpidamente orgullosa;
la romántica y la pragmática;
la que sabe volar con los pies por tierra;
la que prefiere morir de pie que vivir de rodillas;
la que aún cree en ideales,
en causas perdidas,
y en vos...
Hoy estoy acá para dejarte un simple deseo
y es el que tengas un buen año.

Buen año para vos que aún suspirás con emoción, con ilusión.
Buen año para vos que te has cansado de gritar y has empezado a susurrar.
Buen año para vos que aprendiste a pedir disculpas... sobre todo a vos mismo.
Buen año para vos que, pese a todo, continúas a ver el mundo con ojos de niño.
Buen año para vos que no dormís por cuidar los sueños de otros.
Buen año para vos que todavía sueñas... por favor, no dejes de hacerlo.
Buen año para vos que te quedaste sólo en un recuerdo... pero de los buenos.
Buen año para vos que tenés miedo pero, que así y todo, seguís adelante.
Buen año para vos que llegaste cansado pero con la satisfacción de haberlo logrado.
Buen año para vos que crees ser parte del olvido... y yo te aseguro que no es así.
Buen año para vos que fuiste herido, que te has plegado pero no quebrado.
Buen año para vos que me lees, ya sea desde siempre o sólo por este preciso instante.

Buen año para vos... hoy, mañana, siempre.