Cuando sos joven soñás.
Soñás con ese ser del que te enamorarás perdidamente; soñás con ese sitio al que llamarás "casa"; soñás con ese trabajo por el que estudias y el éxito que te traerá; soñás con ese destino que te espera al final, con ese momento perfecto lleno de todos esos detalles que tanto y tan perfectos soñaste... pero vas creciendo y todos esos sueños parecen diluirse, se alejan en la medida que das pasos hacia adelante. Y entonces te dicen que debes hacerte grande, que debes crecer, volverte adulto y, obviamente, dejar de soñar.
Lo que no te dicen es que si bien te enamorarás perdidamente ese ser no será perfecto; que tal vez en algún momento, tendrás ganas de matarlo (no literalmente, obvio) y salir corriendo; que por mucho que ames, más de alguna vez querrás estar solo y con vos mismo como única compañía; que, tal vez, desearás otra piel, otra voz, otra mirada, y que nada de esto significará que amas menos o no amas.
Lo que no te dicen es que ese sitio al que llamarás "casa", no está formado por paredes, puertas y ventanas, sino por corazones y almas.
Lo que no te dicen es que por más que estudies y trabajes de lo que te gusta, habrán días malos, situaciones difíciles, complicaciones que hagan que debas volver a empezar; y, por sobre todas las cosas, lo que no te dicen es que el éxito no es el dinero, el prestigio, la fama o el reconocimiento social.
Lo que no te dicen es que lo realmente importante es el camino que recorres y no el destino que alcanzas.
Lo que nadie te dice es que los únicos momentos perfectos son aquí y ahora.
Pero lo que sí deberían decirte es que dejes de idealizar; que dejes de buscar una perfección inexistente. Lo que deberían decirte es que te vacíes de prejuicios y preconceptos; que dejes de seguir caminos que otros marcaron. Lo que deberían decirte es que vos elijas tus pasos, la dirección de los mismos, el ritmo. Lo que deberían decirte es que también, si querés, podés detenerte y cambiar el rumbo, y que no hay nada malo en ello. Lo que deberían decirte es que podés volver a empezar, todas las veces que quieras, que creas es lo mejor para vos. Lo que deberían decirte es que las únicas reglas que valen en tu camino son las que vos mismo elijas; las que te hagan sentir pleno y sereno con vos mismo.

...reflexiones de un día en la playa.

"Lo que quiero es que me beses, como sólo tú sabes hacerlo.
Lo que quiero es que te olvides del mañana y vivamos el presente porque estamos despiertos.
De los sueños nos cansamos porque todos son inciertos.
Que desde nuestra cama se ve el techo pero no necesito otros cielos.
Sacudiste mi mundo y ahora lo veo todo claro.
Que te tengo aquí y ahora, no necesito más decorados.
Que tú y yo nos amamos y con eso nos bastamos."
("Lo que quiero", de Elena Martín en "Relatos de un faro desorientado")


...vos y yo, y no necesitamos más.