Es más fuerte que yo, no lo soporto.
Mis palabras... mis modos... mi forma... mis amigos... mis espacios...
Todo parece ser una copia mía.
Y entonces una rabia me quema dentro,
no puedo evitarlo.
¿No tienes una vida?
"Quiero respirar tu aliento
y robártelo en el espacio vacío de mi silencio."
("Mínima 57", de Laura)


Lo sé, parece que no (me) importaras.
Me (en)cierro en mí y no te dejo entrar.
Tú [te] quedas de ese otro lado de la línea imaginaria
que marca (la) distancia.
Pero yo sé que tú estás.
Siempre has estado.
Lo único que tú debes saber... aprender,
es a escuchar lo que dice mi silencio.
M de Marina...
y aún me cuesta nombrarte sin llorar.

M de mañana...
donde te prometo que volveré a sonreír.

M de mierda...
porque hoy sigo pensando que es todo una puta mierda.




No sé mucho cómo empezar ni qué escribir. Podría hacerlo, si yo misma fuera capaz de comprender y poner en palabras aquello que me atraviesa el alma.

En estos dos meses casi, he pasado por un período de ¿apatía?; de ¿depresión?; de ¿angustia? ...un poco de todo tal vez. Porque si bien he pasado situaciones, experiencias difíciles en mi vida (y les aseguro que la lista es larga y jodia...); lo de estos últimos dos años ha superado todos los que hasta ahora fueron mis límites. Por ello necesité alejarme. Lo hice hasta de mí misma. Soy como esa ave fénix que tengo tatuada en mi espalda, necesito convertirme en cenizas para poder renacer, hacerlo con más fuerza.

Y aquí estoy; de vuelta. No para dar explicaciones, porque como he siempre dicho: "quien te quiere no las necesita; quien no, no les interesan o no las creen; y los estúpidos ni siquiera las entienden". Y, aunque pueda parecer pedante, tampoco lo hago para recibir comentarios de "lo buena que soy y lo bien que he hecho"; porque la mayor parte de ustedes no puede comprender lo que no sabe -y no tienen porqué saberlo-. Simplemente lo hago por respeto. Primero respeto hacia mí misma, no forzándome en cumplir con cosas que no me hacen feliz y que no me apetecen. Y luego respeto hacia ustedes, no queriendo enmascarar cosas que no son o inventar excusas para el hecho de no estar aquí o haber pasado por sus casas.

Por esta razón, y porque éste es mi rincón más íntimo y personal, he decidido que quitaré los comentarios. Tal vez por un tiempo, no sé, pero prefiero eso a imponerme la tonta obligación de responder; quien me conoce sabe bien que "no responder" no es una opción para mí, es como si no valorara el tiempo que han pasado dejando sus huellas. Y también porque creo sea el modo de no obligarlos a ustedes, a ninguno, a expresar un parecer o algo, simplemente porque en este mundo de blogs pareciera que si yo te comento, tú debes hacer lo mismo... los libero.

De ahora en más quiero que caminemos libres, sabiendo disfrutar también del silencio. Y si el deseo de encontrarnos es compartido, seguramente encontraremos el modo y el lugar.