"Extendía las alas cuando quería y andaba siempre con una sonrisa.
No le daba miedo dejar ir.
Sus manos ahora estaban siempre llenas,
ya conocía a la perfección que andar sin equipaje no era tan malo,
y que amar a diario era la mejor medicina.
Volvía los suspiros en viento y mis otoños en primavera.
Conocía el misterio del tiempo
y sus labios transformaban los segundos en eternidad.
No era el hombre perfecto,
pero eso lo hacía humano,
eso lo hacía sensible y mejor."
(M. Sierra Villanueva)


De perfecto, nada.
Al contrario, tanto él como yo podemos enumerar los defectos sin equivocar siquiera uno.
Y es justamente eso que hace de él, Él... único.
Él me abraza por la espalda no cuando llevo los jeans ajustados,
el cabello suelto y el perfume costoso que me ha regalado...
no, Él lo hace cuando cocino luego de un día de trabajo,
mientras tengo mi cabello recogido y mis manos tienen el aroma de las especias.
Él me sujeta con fuerza, sin dejarme ir, como si sostuviese todos mis fragmentos,
no cuando se lo pido, sino cuando más lo rechazo, cuando más lo alejo...
Porque de otra manera sería fácil, algo que cualquiera podría hacer.
Porque querer cuando las circunstancias son favorables,
las condiciones son bellas, es eso: querer... desear...
Lo otro, pues lo otro es lo que vale,
lo importante...
lo otro es amar.

"Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz y sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde y rubia, y morena...
Quiéreme día, quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... o no me quieras!"
(Dulce María Loynaz)


Soy esa adolescente que cambia de humor en un pestañeo.
Soy esa mujer que adora despertarse
con el sol iluminando su cara y el calor bajo las sábanas.
Soy también esa niña que se ríe a carcajadas
de la cosa más tonta que se te pueda ocurrir.
Soy la perseverante;
la contradictoria;
la ingenua...
y la mal pensada;
la de las respuestas rápidas,
hirientes, lapidarias...
sinceras siempre;
la estúpidamente orgullosa;
la romántica y la pragmática;
la que sabe volar con los pies por tierra;
la que prefiere morir de pie que vivir de rodillas;
la que aún cree en ideales,
en causas perdidas,
y en vos...
Hoy estoy acá para dejarte un simple deseo
y es el que tengas un buen año.

Buen año para vos que aún suspirás con emoción, con ilusión.
Buen año para vos que te has cansado de gritar y has empezado a susurrar.
Buen año para vos que aprendiste a pedir disculpas... sobre todo a vos mismo.
Buen año para vos que, pese a todo, continúas a ver el mundo con ojos de niño.
Buen año para vos que no dormís por cuidar los sueños de otros.
Buen año para vos que todavía sueñas... por favor, no dejes de hacerlo.
Buen año para vos que te quedaste sólo en un recuerdo... pero de los buenos.
Buen año para vos que tenés miedo pero, que así y todo, seguís adelante.
Buen año para vos que llegaste cansado pero con la satisfacción de haberlo logrado.
Buen año para vos que crees ser parte del olvido... y yo te aseguro que no es así.
Buen año para vos que fuiste herido, que te has plegado pero no quebrado.
Buen año para vos que me lees, ya sea desde siempre o sólo por este preciso instante.

Buen año para vos... hoy, mañana, siempre.