"Va a ganar aquel que sabe cuándo pelear y cuándo no."
("El arte de la guerra", Sun Tsu)


Yo me retiro.
No, no me doy por vencida,
simplemente hay cosas por las que ya no peleo,
ya no espero, ya no sueño...
Hace años que no recuerdo lo que sucede cuando cierro los ojos
y me entrego a los brazos de Morfeo;
por ello tal vez, soñaba a ojos abiertos.
Antes, pasado... ya no.

Hoy vuelvo a elegir(lo),
hoy deposito mis pies a tierra definitivamente,
las alas quedan inmóviles en mi espalda...
porque no olvido el miedo que me provocó la posibilidad de perder(lo),
elijo lo real... lo tangible... mi prioridad.
Dejo los castillos en el aire,
los sueños...
aún si esto significa empezar a morir,
porque, en definitiva, ¿no vamos todos hacia allí?


Mientras miraba el mar esa noche, pensaba...
¿Existirán las casualidades?
¿O sólo es un espejismo al que nos gusta creer?
Y sobre todo, ¿son éstas las respuestas que busco?

¿Qué importa si todo es un sueño?
¿Acaso la vida entera no lo es?
Y si mientras tanto él me regala sonrisas,
me llena de energía, de ganas de volver a intentarlo...

Entonces estoy dispuesta a saltar al abismo otra vez,
porque no (me) importa lo peligroso que puede ser
siempre me ha gustado jugar con (el) fuego,
sin miedo a quemarme.

(La casualidad hizo que en ese momento, mirando el mar,
recordara esta canción y escribiera esto en mi agenda...)