De él, la culpa es de él. Del último de la lista. De los demás nadie se acuerda o a pocos interesa.
Porque la verdad es esa, no importa si antes te han mentido; te han robado; te han defraudado; si te han calpestado los sueños; si te han llenado de miedos; si te han llevado a límites insospechados; si todo aquello te ha matado y puesto tu ser en una caja... porque la culpa, la culpa seguro la tiene aquel que ha puesto los clavos en el ataud.
Y así se sigue, viendo a los demás y sus horrorosas sombras de defectos, pero negando el propio reflejo, el mismo que muestran la memoria y la conciencia... pero se sigue, se sigue y se sigue, más por soberbia que por algún otro sentimiento más noble y altruista; porque al final todo da igual, todo(s) es(on) lo mismo.



"... No hay aplazaos ni escalafón;
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que si es cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón ..."



A veces la distancia duele, como hoy
donde uno quisiera, no volver, eso ya está perdido,
sino traerse consigo a todos aquellos que ama.


Por un momento todo fue perfecto.
Él estaba bien; hacía lo que le gustaba. Y yo, pues yo me divertía también.
Nos escribíamos, nos provocábamos, nos deseábamos.
Una foto de ida y otra de vuelta.
Por un momento todo había vuelto a ser como siempre había sido.
No había dolores, no había enfermedades.
No habían feos presagios, ni proyectos derrumbados.

Después...
Después es hoy, es lunes y todo vuelve a comenzar.


No puedo, ni quiero, decir de qué deberían estar orgullosos los demás... yo sólo sé de qué estoy orgullosa yo. Cada uno sabe sus pasos por esta vida.



(Piensa en las personas que son importantes para ti, ¿de qué deben estar orgullosos?)

Si supiera que no puedo fallar, que todo resultaría como lo espero...


...tendría otr@ hij@.


(¿Qué intentarías hacer si supieras que no puedes fallar?)

No soy una de imaginarme el futuro, prefiero vivir el momento. Pero de hacerlo, creo que al final de mi vida me habría hecho feliz las personas que he amado y me han amado. Las muchas cosas que he aprendido y las pocas que he podido enseñar. Los libros que he leído, la música que he escuchado, las películas que he visto, los viajes que he realizado, las comidas que me he gustado.























(Imagínate a los 90 años, ¿qué te ha hecho feliz?)

Yo no soy de las que piensa que la vida es dura. Es como es, a veces complicada, a veces un paseo... diferentes melodías que uno tiene que bailar.

Cómo lo hagas es tu elección. Y cómo sea que te vaya, es tu vida.





























(Si piensas que la vida es dura, ¿con qué la estás comparando?)

Nunca me detuve a pensarlo.

Seguro me llevaría un libro, "Historias de Cronopios y Famas" de Julio Cortázar.
Un protector solar, al menos para los primeros días, hasta que la piel se "curta" del sol.
Y después... después no sé, no se me ocurre nada...





























(Describe 3 cosas que te llevarías a una isla desierta.)

[Desde hoy y hasta el viernes se publicarán las últimas 5 entradas que ya estaban escritas y programadas hace tiempo; pero luego dejaré este espacio para esas letras que reflejen mis estados de ánimo; esas que me salgan sin filtros ni estructuras; las que no siguen retos ni consignas; las que no tendrán fechas precisas, y que, tal vez, no sean ni siquiera comprendidas... esas letras que serán otras huellas de (mi) Alma, "Otras huellas en la arena..."

...gracias por seguir allí; aunque sólo me leas; por esa compañía silenciosa; por, simplemente, estar.]

Hay veces, temporadas, años enteros, que todo parece ir al revés. Todo es un golpe detrás de otro, sin que puedas tomar aire. Y, cuando lo haces, no es suficiente, porque algunos de estos golpes son tan duros que necesitas tiempo para aceptarlos. No digo comprenderlos, porque creo que eso es más que difícil en algunas circunstancias. Pero si no los cuestionas, si te les paras de frente y les dices: "ok... esto es lo que hay... y yo te daré pelea.", entonces necesitas de todo el coraje que se es capaz. Y sonríes hasta cuando no tienes ganas, porque sabes que de esa sonrisa dependen tantas otras cosas... dependen esas personas a las que amas.

Aún así, hay días que no puedes, que tienes cansada el alma y no sólo el cuerpo. Porque en fin de cuentas somos seres humanos, con nuestros defectos y fallas; y nos llenamos de miedo, porque es inevitable pensar a lo que podría pasar si todo anduviese definitivamente mal...

...y entonces levantas la vista y te das cuenta de no estar sola. Están esas personas, esas almas igual a la tuya, con sus problemas, con sus dolores, con todas sus circunstancias, pero que están allí, a tu lado. Con una palabra; con un correo donde sólo te preguntan: "¿Y tú cómo estás?"; con un abrazo de esos que a ti te gustan, esos de oso; con una canción; con gestos...


Eso fue lo que recibí ayer. Cuando me sentía tan agotada que ni siquiera notaba que lo estaba, un mimo llegado por correo hizo que me rompiera en llanto. Aunque fueron esas mismas lágrimas las que unieron cada trocito, porque eran lágrimas llenas de amor; de saberse, de sentir que no estás sola. Y yo sólo puedo decir gracias... gracias Ale por tanto y tanto que me das, día a día, en todo momento; por sostener mi mano y acariciar esas alas que a veces se resisten a desplegar y levantar vuelo. Gracias por dejarme ser parte de tu vida y por ser parte de la mía.

Te quiero hasta la Luna y de vuelta.