Termino de ducharme y pongo agua para un té.
No deseo ver la tv...
busco los auriculares y sin pensarlo busco esa canción...
...y te pienso.
¿Qué estarás haciendo? ¿Ya dormirás?
Es tonto hacerlo, pero no puedo evitarlo. No quiero hacerlo.

¿Y... venís a la cama? ...es tarde.

Sí... sí... ya voy... -terminé el té en el momento que Frank dejó de cantar.



Recibo tu mensaje y sonrío.
Te dije que no era necesario
pero me reconozco en lo "cabeza dura"
y te dejo hacer.

Empiezo a escucharte y tu voz me llega...
...mi coraza se desarma con una sílaba.
Te escucho y las palabras me recorren
¿cómo haces? ¿cómo puedes decir(me) tanto?

Las lágrimas me llenan los ojos
y atoran todo lo que quisiera decirte.
Te escucho otra vez y vuelvo a sentir esa contradictoria dualidad
de saberte tan lejos y sentirte tan cerca.

Buenos Aires... Barcelona...
Argentina... España... Italia...
No importa el sitio, la ciudad, las calles...
No importa cuánto tarde,
pero como que m(t)e llamo Laura que te daré ese abrazo
y que más nunca te librarás de él.

Te repito, Te quiero
sin más y sin porqué
...o porque sí, porque sos, porque estás,
porque tenías que ser y ¿por qué no?
Gracias... gracias por tanto y tanto que me das todos los días,
espero merecerlo.

Me despierto temprano
hoy más que nunca quiero disfrutar del silencio de la mañana.
Silencio que no es tal porque su música me acompaña
como aquel primer cumpleaños aquí y que él parecía cantar para mí.

Aprovecho que todos duermen,
menos Gatton, él no se olvida, nunca...
me levanto, descalza y hago el café.

Vuelvo a la cama y me lo disfruto,
con calma, pienso... recuerdo... sueño.

El día comienza, y lo viviré a pleno,
como ayer y como haré mañana...

...y vos ¿querés un café conmigo?
Me encantan los mimos...
...el aroma del café;
unas palabras y ...estar.

Esos pequeños detalles
que transforman una mañana cualquiera
en algo especial...

...me quedo escuchando música
y mientras ese saxo suena
mis pies descalzos hacen que (mi) Alma vuele.
Termino con esa hora de caminata que me autoimpuse para no dejarme estar... para sentirme bien... para gustarme otra vez... para mí...
Me preparo una taza de té y pongo música... sonrío ante las primeras notas de esa melodía que he adoptado como mía, que juro me emociona como pocas y que, muchas más veces de las confesadas, he soñado que se me dedicaba...


...siempre que la escucho me pasa lo mismo, pienso ...mis pies dejan el suelo que tocan y vuelo ...a un tiempo y espacio que no existe, que sólo son mis sueños.
De forma automática, sin pensar tal vez, abro el móvil, sin saber qué busco ...o tal vez sí pero no lo diré, ni siquiera me lo confesaré a mí misma ...y allí está la noticia. Y lloro, no puedo evitarlo.
No hay un porqué... nada lo explica... sólo sé, lo siento... dejo la canción en bucle... su canción, la mía.

Podría decir que la causa es tener que quedarse en casa, sin ir a trabajar ni nada...

Podría decir que siempre me ha gustado más la noche que el día...

Podría decir que es mi típico insomnio...

Podría...




...pero lo único que deseo es un cappuccino triple
y, antes de eso, no soy capaz de decir nada.