No sé si es un recuerdo o el hecho de haber visto tantas y tantas veces esas fotos, que lo he construido en mi mente. Pero me detengo a pensar en hace 40 años atrás y me veo en el living de mi casa -la de mi infancia, obvio-; los sillones naranjas y esa alfombra con dibujos persas en colores rojos. La familia se había agrandado y mi papá quería hacer unas fotos. Obviamente yo quería estar ahí, ser la protagonista, y él me dió el gusto, me dijo de sentarme bien, cómoda, entonces vino mi mamá y lo colocó en mis brazos... era tan chiquito, tan suave, perfumaba tan bien... era simplemente perfecto. No diré que lo supe, al menos no en el sentido racional del término; pero estoy segura que mi alma lo sintió. Percibió esa conexión inexplicable y tan poderosa.

El tiempo, los años, las cosas vividas, me han dado la razón... ese día recibí uno de los mejores dones que la vida pudo darme... mi hermano.

(Evoca un recuerdo del cual estés agradecido, descríbelo y cuenta porqué ese recuerdo en particular.)