pero aún conservo la luz y el calor de ayer...
...y tus palabras, las que me llegaron calmas y precisas.
También aquellas que no has dicho,
porque los silencios son siempre más locuaces.
Me has serenado,
y aunque lo geográfico es accidental,
tú tienes ese efecto...
me haces bien;
me provocas una sonrisa enorme
y de ese modo,
sentirme justa... sentirme viva.
Gracias... es la única palabra que me sale,
puede parecer poca, pequeña, pero es la más sincera.
El café ya está listo... ¿vienes?
(Ayer, mientras estaba en camino, como si fuera una 'casualidad', sonaba esta canción...)